domingo, 9 de marzo de 2014

Life of pie

Es muy extraño ver cómo mis amigos y conocidos en México están comprándose casas y carros, que tienen hijos y perros y televisiones con home theater mientras yo paso días enteros sin bañarme, viendo series, jugando Pokemon en mi teléfono, esperando que los profiteroles de Coles estén en oferta. Hay quienes piensan que casarse es entrar irremediablemente al mundo de las responsabilidades, pero yo no me siento identificada con esa idea, es difícil hacerlo cuando tienes que lavar ropa de urgencia un día en la noche porque se te terminó la ropa interior.

Mis amigos construyen sus carreras, avanzan de puesto, logran aumentos y llevan una vida adulta mientras nosotros estamos en una especie de regresión adolescente. Nos sentimos como universitarios foráneos, bueno, Andrés lo es. Sobrevivimos mes con mes, compramos todo en oferta y compartimos casa con otras 7 personas en una especie de dormitorio de estudiantes. Nos acostamos a la 1 o 2 de la madrugada todos los días y nos levantamos a desayunar después de medio día. 

Siento que en Monterrey finalmente habíamos llegado a una posición cómoda, económicamente hablando. Yo tenía suficiente dinero para salir cuanto quisiera, comprar ropa, pagar mi auto, salir de vacaciones a la playa y nunca tenía que preocuparme. Estar aquí ha sido volver a los tiempos en que sólo podía salir los fines de semana y tenía que ahorrar si realmente quería algo; es otra vez dejar que se maltrate mi pelo porque hay cosas más apremiantes que ir a la estética. 

Lo que quiero decir, es que a pesar de que suene contradictorio, soy inmensamente feliz. En Monterrey tenía ciertas prioridades que aquí simplemente no tienen importancia y no creo que sea bueno o malo, sólo es... ¿liberador? ¿relajante? No cambiaría lo que tengo ahora por la satisfacción de un trabajo estable y sus bondades económicas (aunque entiendo que eventualmente tendré que hacerlo). Claro, el dinero es importante, aún tenemos que pagar renta, comida, transporte, etc. pero ¿entienden lo que es pasar casi 7 meses de vacaciones? ¿trabajar sólo un par de días a la semana? ¿no tener despertadores? ¿poder quedarse en casa si llueve o hace frío? puedo leer, salir a caminar, cocinar, he visto series enteras en un par de días, siempre salgo si hay un evento interesante sin importar si es entre semana, si regresaremos tarde.

Lo demás parecen incomodidades, vivir con muchas personas definitivamente lo es, pero en su mayoría también lo disfruto muchísimo. Me encanta hacer el súper y sentirme feliz porque el sushi está a mitad de precio, comprar bolsas enteras de mangos o tomates porque están en oferta o buscar lavanderías de menos de 5 dólares para poder lavar nuestras sábanas y toallas. Me gusta tomar el tren para ir al trabajo y caminar en la noche. Amo las tiendas de segunda mano y los mercados de ropa vintage, el otro día compré una secadora de pelo ¡en 10 dólares! 

Por supuesto estoy consciente que esto es una etapa, después de todo una beca de maestría no dura para siempre, pero ahora veo que es una etapa necesaria. Siempre me pregunté cómo sería vivir como foráneo, ser independiente pero aún así tener espacio para ser desidioso, me lo imaginaba como algo emocionante. Es probable que mucho de ese deseo haya provenido de una imagen estereotípica que se tiene de los estudiantes pero la verdad es un arquetipo muy disfrutable. Me gusta jugar ese papel. 

Puede que estemos aprendiendo muchas cosas, pero ultimadamente nos gusta porque estamos contentos, porque hemos disfrutado y conocido esta ciudad y nos hemos conocido el uno al otro con mucha calma. Todo ha sido como una luna de miel interminable. Somos estudihambres, somos turistas, somos recién casados, somos esas personas que los demás odian el lunes a las 7am cuando se tienen que levantar a trabajar.

2 comentarios:

  1. Suena como un sueño realmente, pienso que fácilmente cambiaría mis responsabilidades por estar aunque sea un mes fuera de la vida cotidiana, donde no TENGO que hacer las cosas, sino que las haga por gusto. Vivir en una ciudad diferente a Monterrey, etc. Supongo que lo único que queda es disfrutar esa etapa al máximo, ya que como dices, no es para siempre. Saludos!!

    ResponderEliminar
  2. Nunca he sido más feliz, pero lo que le digo a los demás es que si les sirve de consuelo, cuando yo regrese todos van a ser vicepresidentes y yo voy a estar trabajando en hispanic teleperformance :p

    ResponderEliminar