jueves, 12 de septiembre de 2013

México mágico

Hace como una semana mi "alma máter" celebró su 70 aniversario, hace menos que eso, Peña Nieto soltó su propuesta de reforma hacendaria. Dos eventos aparentemente no relacionados me hicieron reflexionar mucho sobre dónde quiero estar en 5 años. No tengo ninguna pena en decir que para mí el Tec de Monterrey, a pesar de ser una gran escuela, no me enorgullece como a la mayoría de sus alumnos, o sea sí me enorgullece, pero no es pa tanto. En parte creo que eso responde a que nací sin el gen gregario. Esa necesidad tan exarcebada de pertenecer a algo, lo que sea. La otra razón por la que no soy "orgullosamente ITESM" es porque para mí, el nivel educativo no lo es todo, aún hablando de una escuela. Desde mi punto de vista, una universidad debe ser un hervidero de conocimiento y de opiniones, un lugar en donde se le da información a los alumnos pero también se le enseña a analizar, se le motiva a pensar por sí mismo, a ser crítico, a participar y a informarse solo. Pienso que el Tec está muy lejos de tener la intención de formar ciudadanos y está más preocupado por conservar su imagen y no ofender a ninguna de las empresas que lo patrocinan. Estamos hablando de una UNIVERSIDAD en donde las publicaciones estudiantiles ¡no pueden contener opinión política! una escuela en donde no se permite hacer eventos ni agrupaciones que permitan la promoción de la diversidad sexual. Una escuela en donde el día de la mujer se celebra entregando flores al alumnado femenino. En pocas palabras, es una escuela que aunque esté cerca de las grandes en investigación y nivel educativo, sigue estando a años luz en cuanto a libertad de pensamiento, sigue y seguirá siendo por muchos años una institución suscrita a los intereses de sus accionistas.

Y qué podemos decir de la reforma, la maravillosa reforma hacendaria, el constante chingar a la clase media para mantener felices a la base de la pirámide y mantener los privilegios de la élite. No voy a entrar en detalles sobre cada punto de la reforma habiendo tanto análisis decente disponible.

Para la mayor parte de los exatecs, no hay falta del Tec que no pueda ser perdonada, ni siquiera el haber apoyado la destrucción de una de las últimas reservas naturales de Monterrey. Para la mayor parte de los mexicanos, nada justifica poner en duda tu amor al país, bueno... quizás el que la selección no vaya a ir al mundial.

¿Entienden la relación? Amar algo a lo pendejo, nomás por que sí, de eso hablo. Estos días he estado cuestionando mucho el concepto de nacionalismo, ser fiel a un país con tan poco para sentirse orgullosos de él. 

Cuando me mudé de la casa en la que viví por 15 años me preguntaban si estaba triste por dejar un lugar en donde transcurrió la mayor parte de mi infancia, si extrañaría ese espacio donde viví tan buenos recuerdos. Viví 15 años ahí, si vives esa cantidad de tiempo en cualquier lado tendrás bastantes buenos recuerdos. Para mí, el nacionalismo es algo así. Claro que quiero a México y aún me debato sobre si regresar vale la pena o no, pero eso es por mi familia, mis amigos, la comida. No es porque apoye cómo se maneja el país, nuestra calidad de vida, nuestra economía, nuestras leyes, nuestra idiosincrasia. Si hubiera nacido en cualquier otro lado tendría los mismos sentimientos de apego hacia él. ¿Podemos sentirnos orgullosos de algo que no elegimos? ¿estamos obligados a amar algo que nos fue impuesto? ¿No es igual de ridículo que estar orgulloso de haber nacido hombre o mujer? Uno no ama a sus padres porque la vida se los dio, uno los ama porque se ganan nuestro cariño, porque nos aman. 

Yo no me avergüenzo de ser mexicana y sé que lo seguiré siendo aún si vivo en otro país por el resto de mi vida, pero es difícil amar a México. Pienso que es un buen ejercicio, analizar de dónde viene nuestro orgullo y cariño por nuestra tierra. Espero que ustedes lo hagan y encuentren razones más pesadas que "el mexicano es súper ocurrente".





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